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De Chillán a Boston: Experiencia de los tutores en Incide

29/4/2021

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“Para incluir a alguien que ha crecido en un ambiente desventajoso no basta con invitarl@ a la fiesta, hay que sacarl@ a bailar”. Así explica Belén Saldías, el cómo disminuir las brechas en la educación. Actualmente está haciendo un doctorado en inteligencia artificial en el MIT y es tutora de alumnos en Fundación Incide.
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Belén nació en Chillán, donde según ella “las mejores longanizas son las de San Carlos” y sabe la importancia que tiene la educación como vehículo de desarrollo. “El trabajo de la fundación de trabajar con "first-gen students" (estudiantes primeros en su familia en ir a la universidad o que sus papás no fueron) es muy cercano a las cosas que me motivan en la vida. Soy testigo de cómo la educación es un vehículo para el cambio y mejora de expectativas y calidad de vida”.

Ella misma nos cuenta que su madre era la única que había ido a la universidad y  que  trabajaba de día y estudiaba de noche. “Hoy día con mi hermano ambos hemos ido a la universidad y nos damos cuenta de los resultados”.

Belén tiene experiencia en tutorías y lo mismo el grupo que formaron para apoyar a la alumna de Incide, Catalina. “Los 11 hemos sido mentores los unos a los otros en distintas etapas de nuestra vida y de nuestra carrera universitaria. Esperamos también servir en esa capacidad a Catalina (alumna de Incide), contando con diversas perspectivas e historias. En el equipo tenemos 3 personas que han sido profesor@s en colegios públicos, lo que se alinea mucho con la carrera de Catalina, quien está estudiando para ser profesora de matemática y computación”.

Nuestra tutora de Incide invita a los alumnos y a los nuevos tutores a que sean proactivos en buscar ayuda. “Que no tengan miedo de conversar sus miedos y que sepan que sus certezas, desafíos, emociones y miedos, son todos válidos. Cada un@ vive la experiencia de la universidad de manera diferente, por eso somos un equipo tutores y tutoread@s”.

“Ir a la universidad me abrió muchas puertas que nunca supe que existían y que yo podía acceder a ellas”.

Revisa la interesante historia de Belén Saldías, tutora de Incide, en extenso a continuación. Cómo nos conoció, que la motiva a ser parte de Incide, los desafíos en la educación, su historia con Shakira y mucho más.

 1. ¿Cuál es tu nombre completo, edad, a qué te dedicas?
Mi nombre es Belén Carolina Saldías Fuentes, tengo  27 años y soy ingeniera Civil Industrial en Tecnologías de Información de la UC y magíster en ciencias de la computación de la misma universidad.
Trabajé en la industria chilena por dos años antes de irme a Boston, Massachusetts, Estados Unidos, donde actualmente resido.
En Boston estoy haciendo un doctorado en inteligencia artificial en el MIT, en el doctorado me dedico a hacer investigación de modelos de aprendizaje automático y de procesamiento de lenguaje natural (lenguaje humano). También intento orientar mi investigación a cómo la inteligencia artificial puede ser adaptada para interactuar con niños.

2. ¿De dónde eres?
Nací en Chillán, crecí y fui a la básica en San Carlos Ñuble, a la media en Chillán. Las mejores longanizas son las de San Carlos.
 
3. ¿Cómo conociste Incide?
Una amiga muy cercana de pregrado, M. Victoria Arrau, me invitó a unirme y no lo pensé dos veces. Ella y la mayoría de nuestro equipo de 10 otr@s madrinas y padrinos viven en Chile.
 
Al conocer los detalles del programa de INCIDE inmediatamente me voluntarié como co-tutora. Lo conversamos con nuestro grupo de 11 personas y finalmente, Francisca y yo estamos co-tutoreando mientras Victoria se hace cargo de las finanzas (para lo que es muy buena).  Ellas, al igual que el resto de nuestro equipo, son personas geniales, da ganas de trabajar con ellos, sobre todo por la misión de INCIDE.  Nosotros 11 hemos sido mentores los unos a los otros en distintas etapas de nuestra vida y de nuestra carrera universitaria, y esperamos también servir en esa capacidad a Catalina, contando con diversas perspectivas e historias. 
En el equipo tenemos mayoría de ingenieros, pero también tenemos 3 personas que han sido profesor@s en colegios públicos (habiendo estudiado ingeniería en pregrado), dos de ellos siguen trabajando en colegios. Lo que se alinea mucho con la carrera de Catalina, quien está estudiando para ser profesora de matemática y computación.
 
 4. ¿Qué te motivó a participar en la fundación?
El trabajo de la fundación de trabajar con "first-gen students" (estudiantes primeros en su familia en ir a la universidad o que sus papás no fueron) es muy cercano a las cosas que me motivan en la vida. Soy testigo de cómo la educación es un vehículo para el cambio y mejora de expectativas y calidad de vida. Yo nunca pensé seriamente en ir a la universidad hasta cuarto medio, donde pasaron cosas muy inspiradoras. La mamá de un compañero de colegio era Ingeniera y dijo que trabajaba en una ONG. Yo soy muy fanática de Shakira, y ella tiene su propia fundación que crea colegios en Colombia, esa fundación es una ONG, entonces yo pensé que estudiando ingeniería podría conocer a Shakira y me decidí a estudiar eso, gracias a que la mamá de este compañero dio el ejemplo de que era posible, ya que Shakira siempre ha mostrado que todo es posible. (Finalmente si conocí a Shakira gracias a estudiar ingeniería -- larga historia.)
 
                Además de todo eso, en mi familia extendida, mi mamá (mi más grande modelo a seguir) era la única que había ido a la universidad cuando yo entré. De hecho ella se graduó cuando yo tenía 4 años y ella 38 años, yo fui a su graduación. Ella trabajaba de día y estudiaba de noche. Hoy día con mi hermano ambos hemos ido a la universidad y nos damos cuenta de los resultados.
 
                Ver cómo aprender y empoderarse de lo que uno sabe puede mejorar la vida de una misma y de nuestras familias. Cuando entré a la universidad jamás me imaginé que terminaría haciendo un doctorado. Hoy estoy muy agradecida de eso, y aun enfrentando los desafíos para graduarme. Ir a la universidad me abrió muchas puertas que nunca supe que existían y que yo podía acceder a ellas.
 
                Para mi el tema de las mentorías es algo que llevo muy cercano a mis pasiones. Siempre busco oportunidades de compartir mi historia (que es larga e incluye a Shakira). Varios amigos que trabajan en colegios me han invitado a conversar con sus alumnos y siempre es una experiencia enriquecedora y un desafío gigante. Además, en mi trabajo en MIT he encontrado formas de transformar esta pasión en investigación y medir cambios, por ejemplo, creando un programa de mentorías que incluía un chatbot que comparte historias de modelos a seguir con estudiantes de colegios públicos de Boston.
 
5. ¿Qué expectativas tienes sobre el trabajo que realiza la fundación?
                Como ciudadana de Chile y persona que confía en las mentorías, estoy muy feliz de que una fundación como INCIDE exista y ya tenga historia. Primero que todo, espero aprender de l@s miembros de la fundación, de otros tutores, de nuestra tutoreada, para así hacer una mejor labor.  En específico espero que esto se pueda seguir extendiendo y que tal vez en el futuro nuestros tutoreados se vuelvan en tutores, aunque ellos no tengan para pagar la beca, tal vez en colaboración con otras personas interesadas se podría crear algún sistema así.
  
6. ¿Qué expectativas tienes de los estudiantes de Incide?
                La verdad que espero que la relación madure con el tiempo. A mi me gusta conversar harto y compartir historias. Siento que a pesar de que las personas vengamos de distintos lugares muchas veces hemos vivido experiencias similares en diferentes aspectos.
                Espero que confíen en sus tutores y que sean proactivos en buscar ayuda y probar los límites de los tutores. Espero que como tutores nosotr@s también seamos proactivos. 
Nosotr@s como tutores obviamente también tenemos nuestros límites de conocimiento y capacidad, pero siempre tenemos la mejor intención de guiar y buscar soluciones. La mejor forma de conocer esos límites es a través de conversaciones y explorándolos a través de preguntas y de pedir ayuda o guía. Que no tengan miedo de conversar sus miedos y que sepan que sus certezas, desafíos, emociones y miedos, son todos válidos. 
Cada un@ vive la experiencia de la universidad de manera diferente, por eso somos un equipo tutores y tutoread@s.
 
 7. ¿Qué crees que es necesario para acortar la brecha en la educación en Chile?.
                En primer lugar esto es un problema sistemático. Por un lado se genera un círculo virtuoso y por otro uno vicioso. Por un lado, es tan simple como que en colegios más caros l@s estudiantes tienen mejor alimentación, mejor salud mental, familiares profesionales que se focalizan en la universidad, y recursos de aprendizaje como libros que traen todos los contenidos de las pruebas estándares, además de acceso a profesores particulares.
                 Por otro lado, los estudiantes en colegios públicos o más pobres no tienen acceso a las mismas bondades y pasan por muchos más desafíos. Tienen peor alimentación y peor salud mental, ambas afectan la capacidad de concentración y aprendizaje. Además la falta de modelos a seguir como familiares o vecinos profesionales produce que las aspiraciones de muchos niñas y niños sean bajas no porque ellos quieran, sino porque no saben que ell@s también podrían.
              Much@s tienen que trabajar para ayudar a sustentar sus vidas y la de sus familias, aunque sea en el verano. Yo quiero creer que con las generaciones vamos mejorando, y cada generación de una familia va teniendo un poco más de oportunidades y de mejor educación, eso me mantiene activa en este campo y con esperanza.
                 ¿Necesario para acortar esa brecha? Hacer que las herramientas que bloquean el acceso a educación de calidad no discriminen sistemáticamente a los de región o a los pobres o a los menos aventajados. Y que incluso si universidades o colegios tienen programas de inclusión, que luego creen estructuras para ayudar a esos alumnos y que se gradúen de la carrera, disminuyendo la tasa de deserción. Para incluir a alguien que ha crecido en un ambiente desventajoso no basta con invitarl@ a la fiesta, hay que sacarl@ a bailar.
 
                Los programas de mentoría sin duda ayudan, pero no resuelven de raíz el problema.
  

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